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Foto del escritorColegio Humboldt

Dejando una huella en Costa Rica

Para nadie es un secreto que Costa Rica es un paraíso natural. Nuestros profesores alemanes lo saben bien, y además de la posibilidad de venir a contribuir con la educación de nuestros estudiantes con su gran capacidad y la pedagogía avanzada de su país, las selvas y la fauna costarricenses son puntos que pesan en su decisión final de escoger Costa Rica como su destino final.

Ahora bien, no solamente vienen para disfrutar de las playas y las montañas. Algunos de ellos vienen a contribuir activamente en la conservación de nuestros recursos naturales, con una dedicación que se merece nuestra mayor admiración.


Recientemente, durante sus vacaciones de medio año, Sabine Breitenborn, una de las maestras del Kindergarten, viajó hasta Puerto Viejo, en el Caribe, para participar como voluntaria en el "Jaguar Rescue Center". Por cuatro semanas, Sabine trabajó atendiendo a monos, perezosos, pájaros y felinos salvajes enfermos, abandonados o huérfanos, rescatados por el personal del centro, o dejados en el sitio por otras personas.


"Mi día en el JRC, iniciaba a las 7:30 a.m. todos los días" - nos cuenta Sabine. "En ese momento el desayuno se preparaba con amor para los animales. Por supuesto que había mucho que hacer en la cocina: algunas frutas y verduras se cocinaban, cortaban y distribuían en los respectivos comederos, o había que lavar los platos sucios del día anterior. También había mucho que hacer en la lavandería. Los animales, especialmente los pacientes de enfermería, tienen mantas y peluches en sus recintos. Antes de que se puedan poner en la lavadora, deben eliminarse los restos de comida y otras suciedades, y colocar desinfectante. Además, limpiar los recintos era una de mis tareas diarias, lo cual era muy divertido porque los animales me miraban muy atentos y con miradas curiosas a mi trabajo. Alimentar a los animales fue también una experiencia especial para mí, porque me esperaban con nostalgia e inmediatamente se apresuraban a comer. Algunos animales debían ser alimentados con la mano debido a sus heridas."


Para terminar el relato de sus aventuras, Sabine nos cuenta la experiencia que más le conmovió: "Tuve mucha suerte y estuve allí cuando una gran tortuga marina fue lanzada al mar. Se podía ver la alegría y la gratitud de la tortuga. Fue una experiencia única para mí."


Por supuesto, Sabine ya está haciendo planes para regresar, y nosotros no podemos hacer más que agradecer por su entrega hacia la conservación de la naturaleza de Costa Rica, ¡y seguir su ejemplo!


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