Nuestras especialistas del Kindergarten Humboldt comparten algunas recomendaciones para apoyar a nuestros hijos e hijas en esta época tan difícil.
Cualquier dificultad a la que nos enfrentemos, puede convertirse en un oportunidad para aprender y salir fortalecidos de ella.
Somos conscientes de que muchos de nosotros manejamos nuestra vida diaria en circunstancias muy especiales. La pandemia nos exige mucho a todos nosotros, tanto maestros y educadores, como padres e hijos; lo positivo es que todos promovemos nuestra resiliencia durante estos tiempos que cambian rápidamente.
La resiliencia es el proceso en el que todos nos adaptamos a los más diversos desafíos y cambios a corto plazo a través de nuestro comportamiento hacia las circunstancias apropiadas. La resiliencia, dicen algunos, es el poder espiritual que permite a las personas soportar, cada vez más rápido, derrotas, sueños, desgracias y golpes del destino.
¿Por qué es importante la resiliencia para los niños?
Todos queremos ser capaces de hacer frente a los desafíos y problemas que cada uno de nosotros encuentra una y otra vez, con confianza y adecuadamente. Los maestros y padres tenemos como objetivo común que los niños sean capaces de defenderse a sí mismos y a los demás con un compromiso fuerte y en confianza. Para ello, nuestros hijos necesitan desarrollar la resiliencia.
¿Cómo pueden los niños aprender resiliencia?
Los adultos deben ser un gran modelo a seguir en esta área. La mayoría de los niños desarrollan resiliencia gracias al apoyo de padres, maestros y otros actores de su entorno. Los niños escuchan, ven y experimentan cómo sus modelos lidian con situaciones estresantes e impredecibles. Dependiendo del manejo, ya sea ansioso, formidable, tranquilo, confiado, paciente, etc., los niños adoptarán estos patrones de comportamiento.
¿Cómo promover la resiliencia en los niños?
Desafíos de cualquier tipo son parte de nuestras vidas, lo importante es cómo lidiamos con ellos, porque esta actitud se transmite a los niños. Nadie lleva una vida completamente despreocupada; sin embargo, aprendemos con el tiempo a distinguir si todos los problemas necesitan recibir la misma atención. La fuerza a menudo surge de crisis que ya hemos afrontado en el pasado.
Generosidad, flexibilidad, paciencia, tolerancia son algunas de las muchas cualidades que los niños pueden aprender… esto ayuda a los niños a desarrollar su resiliencia.
¿Cómo se distingue la resiliencia en los niños y en los padres?
Piensa positivamente: Las personas resilientes ven el vaso medio lleno, no medio vacío. Aprenden de los errores y al menos pueden extraer de experiencias desagradables una visión positiva que les ayuda.
Flexibilidad: hacer las cosas a la fuerza no siempre es la mejor manera - a veces un Plan B hace que sea más fácil llegar al destino. Es por eso que los niños deben aprender a ser flexibles en su enfoque de las soluciones, así como en sus expectativas. Entender y repensar los errores es parte de ello.
Generosidad: las personas resilientes no siempre tienen que ser el centro de atención y pueden compartir, dejar que otros tomen la iniciativa, dar algo a los demás.
Puede esperar: ya sean recompensas, regalos, logros o resultados, las personas resilientes pueden ser pacientes y no deben tenerlo todo de inmediato.
Desarrollo de la previsión: quienes son resilientes pueden soportar una frustración momentánea cuando se dan cuenta de que la situación mejorará pronto o la crisis se resolverá.
Confianza y esperanza: la resiliencia requiere una confianza primordial en que todo puede volver a ser bueno.
Confianza en sí mismos: aquellos que son resilientes son más calmados y se sienten más en control de su vida en su totalidad; esto da confianza en sí mismo. Además, las personas resilientes se sienten menos a merced de sus sentimientos negativos (miedo, ira, dolor) y situaciones difíciles.
Coraje: aquellos que tienen menos miedo al fracaso, confían más en sí mismos. La resiliencia te hace valiente y permite a los niños probar suerte y vivir su potencial.
El niño resiliente
El grado de resiliencia en un niño se puede ver bien en su comportamiento diario. Los niños resilientes reaccionan de manera estable y reflexiva, incluso en situaciones difíciles.
Los siguientes ejemplos pueden indicar que la resiliencia de los niños está bien desarrollada:
El niño puede hablar acerca de sus penas y preocupaciones y procesarlas en lugar de explotar de manera inapropiada en otro lugar.
El niño confía en sus propios sentimientos y habilidades.
El niño puede transformar los sentimientos negativos en emociones positivas; por ejemplo: reconociendo "lo bueno" incluso en una cosa no tan hermosa.
El niño puede defenderse adecuadamente de los ataques y las injusticias.
El niño puede superar las dificultades por su cuenta y no siempre depende del apoyo y la ayuda de los demás.
El niño hace frente a derrotas y contratiempos, puede disculparse y admitir errores.
La resiliencia conduce a una fuerte voluntad de vivir y sobrevivir y, además, a una actitud positiva ante la vida en las diversas situaciones de vida por las que cada uno de nosotros pasa. Los ejemplos y características descritos no son congénitos en los niños, sólo pueden ser reconocidos y aprendidos en el curso del desarrollo.
Pronto dejaremos este reto que ha significado la pandemia detrás de nosotros. Desde el Kindergarten Humboldt, queremos agradecer a las familias de la Institución, y a los padres y madres en general, por su compromiso y entrega hacia sus hijos. Gracias a su apoyo, sus hijos pueden seguir desarrollándose y avanzando en la especialización de sus destrezas.
¡Manténganse saludables!
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